Ejercicio de Mediación que tiene como objetivo iniciar un acercamiento sensorial, emocional y reflexivo con la obra, a partir del contacto directo y personal con la imagen, sin mediación informativa previa. Este primer momento es fundamental para iniciar un proceso de conocimiento sobre la obra, el tema, el autor y la autoexploración de sus saberes y experiencias.

Observación silenciosa (2–3 minutos)
Pide a los participantes que observen en silencio la obra. Sugiere que recorran con la mirada cada parte de la pintura y que se concentren en los detalles (rostro, manos, colores, fondo, composición).
Preguntas de Contacto
Percepciones visuales
• ¿Qué es lo primero que viste o que captó tu atención?
• ¿Cómo describirías los colores, la iluminación y el movimiento en la escena?
• ¿Qué elementos te resultan extraños, impactantes o inquietantes?
Sensaciones físicas
• ¿Qué sientes en tu cuerpo al mirar esta imagen? ¿Tensión, incomodidad, frialdad, repulsión?
• Si tu cuerpo reaccionara con un gesto o postura, ¿cuál sería?
Emociones
• ¿Qué emociones te provoca esta obra? ¿Miedo, angustia, tristeza, confusión, curiosidad?
• ¿Hay alguna emoción contradictoria? ¿Sientes atracción y rechazo al mismo tiempo?
Saberes previos
• ¿Conocías esta obra o alguna similar? ¿Sabes algo del autor, del mito de Saturno o del contexto de esta pintura?
• ¿Has visto imágenes o historias relacionadas con padres e hijos en situaciones extremas?
Experiencias personales
• ¿Te recuerda a alguna historia, película, sueño o experiencia propia?
• ¿Alguna vez sentiste que el poder, la autoridad o el miedo te paralizaban como al hijo en la pintura?
• ¿Puedes vincular esta imagen con alguna emoción o etapa vital de tu vida?
Cierre de la fase de contacto
Invita a los participantes a compartir (de manera voluntaria) una palabra que resuma su experiencia inicial. Esta puede escribirse en tarjetas o colocarse en un mural colectivo para dar paso a fases posteriores de análisis o contextualización.
Fase de Contextualización cuyo objetivo es ampliar la comprensión de la obra con información relevante sobre su autor, el contexto histórico, simbólico y estilístico.

Para continuar la dinámica da al grupo esta información, e incluye nuevas preguntas para activar la reflexión desde el conocimiento:
• Autor: Francisco de Goya (1746–1828), pintor español. Su obra: Saturno devorando a su hijo, parte de las “Pinturas negras” que Goya pintó directamente en las paredes de su casa, la Quinta del Sordo, entre 1819 y 1823.
• Técnica: Pintura al óleo sobre muro, luego trasladada a lienzo.
• Mito: En la mitología romana, Saturno (Cronos en la versión griega) devora a sus hijos por temor a ser destronado por uno de ellos.
• Contexto personal: Goya estaba en una etapa de profunda desilusión política y vital, aislado y enfermo.
• Interpretaciones: La obra se ha leído como una alegoría del poder destructivo, el miedo a la pérdida de control, la violencia del patriarcado o una crítica a la España devastada por la guerra y la represión.
Preguntas de contextualización:
• ¿Cómo cambia tu percepción de la obra ahora que sabes que Goya la pintó en su casa, sin intención de mostrarla públicamente?
• ¿Qué significado puede tener el mito de Saturno para una sociedad que ha vivido guerras, dictaduras o violencia familiar?
• ¿Crees que Goya proyecta algo personal en esta obra? ¿Es solo mitología o también es autobiografía emocional?
• ¿De qué forma este Saturno se diferencia de otras representaciones mitológicas más clásicas? ¿Qué lo hace más humano o más monstruoso?
Fase de Relectura crítica con el objetivo: Activar una mirada contemporánea y simbólica sobre la obra, cruzando experiencias personales, sociales y culturales actuales.
Trabaja en pequeños grupos o conversación guiada colectiva.
Preguntas:
• ¿Qué temas actuales se podrían asociar con esta imagen? ¿Control político, violencia familiar, paternidades tóxicas, abuso de poder?
• ¿Saturno representa solo al padre, o puede ser un símbolo de otras figuras de autoridad que destruyen lo que no comprenden?
• ¿Qué nos dice esta pintura sobre el miedo al cambio o al relevo generacional?
• Si esta obra fuera parte de una exposición hoy, ¿con qué otras imágenes o temas contemporáneos la vincularías? ¿Cómo podrías resignificarla?
• ¿Puedes imaginar una versión de esta obra donde se interrumpa el acto de devorar? ¿Qué necesitaría ese Saturno para sanar?
Cierre reflexivo
Pide a cada persona que escriba una frase o dibujo breve que resuma lo que esta obra le hace pensar hoy, desde su propia experiencia vital o social. Luego, pueden compartirlo o colocarlo en un “muro simbólico” de relecturas colectivas.
Indagación sobre: Saturno mitológico, Goya y Walter Benjamin

Saturno: el mito y la representación de Goya
Saturno (Cronos en la mitología griega) representa el tiempo, el control, la destrucción por miedo y la autoridad patriarcal. Devora a sus hijos para evitar ser destronado, convirtiéndose en símbolo de poder que elimina el porvenir.
En Goya, esta figura adquiere una intensidad emocional cruda: se muestra desesperada, salvaje y deformada, como una manifestación de lo irracional, lo destructivo, y lo inconsciente reprimido. No es el Saturno idealizado del clasicismo, sino uno atravesado por el dolor, el horror y el paso del tiempo que desintegra.
Saturno como arquetipo astrológico en la frase de Benjamin
Walter Benjamin, en su frase, invoca a Saturno no como figura mitológica, sino como símbolo astrológico:
• Saturno es el planeta asociado con el tiempo lento, la melancolía, la introspección, las restricciones, la sabiduría dura y la conciencia del límite.
• En astrología tradicional, Saturno representa la prueba, el peso del mundo y la estructura que contiene pero también oprime.
Benjamin, pensador de lo trágico y lo fragmentario, se reconoce como hijo de Saturno, marcado por la duda, la demora y el pensamiento profundo, no por la acción o la expansión. Su obra está atravesada por la tensión entre tiempo histórico y memoria, por el dolor de la pérdida y el intento de rescatar lo desaparecido.
Relaciones entre Goya y Benjamin a través de Saturno
| Elemento | Goya (Saturno pictórico) | Benjamin (Saturno astrológico) |
|---|---|---|
| Tiempo | Devora el futuro | Carga con el pasado |
| Poder | Autoridad que destruye | Autoridad interior que reflexiona |
| Oscuridad | Terror sin consuelo | Melancolía y duda estructurante |
| Representación | Cuerpo desgarrado | Mente fragmentada |
| Herencia | Miedo al relevo generacional | Peso de la historia no dicha |
| Estética | Violencia emocional | Filosofía del fragmento |
Conclusión: ¿Hay relación?
Sí, hay una resonancia profunda, aunque no directa, entre la figura saturnina de Goya y la afiliación simbólica de Benjamin con Saturno.
Ambos entienden el mundo desde lo incompleto, lo melancólico y lo trágico. Goya lo expresa a través de la imagen que desgarra, Benjamin mediante la palabra que interroga. Ambos se enfrentan al tiempo como amenaza y misterio: uno lo representa devorando, el otro lo vive como una carga existencial.
Saturno como símbolo del tiempo histórico
Saturno, en astrología y mitología, representa el tiempo que estructura pero también devora.
Benjamin, nacido en 1892, vive la transición de un mundo burgués decimonónico hacia el abismo del siglo XX:
• el colapso del Imperio alemán,
• la Primera Guerra Mundial,
• el auge del fascismo,
• y su muerte en el exilio en 1940, huyendo del nazismo.
Su sentimiento saturnino se enlaza con la conciencia del fracaso de la historia como progreso, y con el peso de una memoria que no puede redimirse fácilmente.
Saturno y la melancolía del intelectual moderno
Desde el Renacimiento, Saturno ha estado asociado con la melancolía del pensador, del artista, del solitario.
Benjamin retoma esta tradición, pero en un siglo donde la razón ya no ilumina, sino que convive con el horror, el vacío de sentido, y la ruptura del tiempo lineal.
Frente a un mundo fragmentado, Benjamin se convierte en testigo melancólico, obsesionado por rescatar el sentido en medio de la ruina, como un Saturno que guarda las ruinas del futuro no nacido.
Demoras, dudas y revolución: Saturno y la crítica a la modernidad
La modernidad celebraba la velocidad, la producción, el consumo.
Benjamin, en cambio, se autodefine como alguien fuera de ritmo, un “hijo de Saturno” que sospecha del progreso, que piensa lentamente, y que detiene el tiempo para interrogarlo.
La revolución para Benjamin no es lineal ni garantizada. Es una interrupción, un chispazo mesiánico, un frenazo en el tiempo histórico. Justo como Saturno: lento, exigente, incómodo, severo.
Benjamin, Saturno y el siglo XX como tragedia
Su Saturno no devora hijos en sentido literal, pero la historia sí lo hace:
• Devora utopías,
• devora sujetos colectivos (como el proletariado o el pueblo judío),
• devora las posibilidades no realizadas.
Benjamin propone rescatar del olvido a los vencidos de la historia, a los hijos que el tiempo no dejó crecer. Esto es profundamente saturnino: mirar hacia atrás para salvar lo que pudo haber sido.
Conclusión
Walter Benjamin encarna la figura saturnina de su tiempo:
• reflexivo, lento, trágico,
• consciente del derrumbe del mundo ilustrado,
• y portador de una visión crítica donde la melancolía no es parálisis, sino lucidez política y estética.
Su frase sobre Saturno condensa el drama de un siglo que prometió futuro y entregó catástrofe. Como Saturno, la historia moderna no deja crecer lo nuevo sin antes destruirlo.

CONTINUARÁ…
