
En las últimas décadas, el concepto de museo ha evolucionado más allá de su función tradicional de conservación y exhibición de objetos. Hoy, muchos museos asumen un papel activo como agentes sociales y culturales que buscan construir relaciones significativas con las comunidades a su alrededor, especialmente con comunidades originarias y vecinas. Este giro ha dado lugar al llamado museo social y participativo, una institución abierta al diálogo, a la escucha activa y a la co-creación de experiencias.
La mediación comunitaria en museos es una práctica educativa y cultural que busca establecer vínculos significativos entre las instituciones museales y las comunidades a las que sirven. A diferencia de enfoques unidireccionales, esta mediación promueve el diálogo horizontal, la escucha activa y la co-creación de conocimiento, reconociendo los saberes y experiencias de los públicos como parte fundamental de la experiencia museística.
La mediación comunitaria parte de enfoques pedagógicos y museológicos críticos que entienden al museo como un espacio social, político y afectivo. Se inspira en las teorías de Paulo Freire sobre la educación liberadora, el museo participativo de Nina Simon, y los postulados de la museología social desarrollados en América Latina, particularmente por Mario Chagas, Waldisa Rússio y Tereza Scheiner en Brasil. También recoge aportes de la educación popular, la pedagogía del oprimido y los enfoques decoloniales, para cuestionar las jerarquías del saber y fomentar procesos de empoderamiento colectivo.
Principales exponentes:
• Nina Simon (EE. UU.): Su libro The Participatory Museum ha sido clave para repensar los roles de los visitantes como colaboradores activos en los procesos curatoriales y educativos.
• Mario Chagas (Brasil): Museólogo y poeta, defensor del museo como “territorio de afectos”, propuso prácticas de mediación desde una ética del cuidado y el compromiso social.
• Teresa Morales y Cuauhtémoc Camarena (México): Pioneros de la mediación comunitaria en museos comunitarios en Oaxaca, impulsaron estrategias de participación cultural con enfoque territorial, especialmente desde el programa Cultura Comunitaria de la Secretaría de Cultura.
El museo social reconoce que el conocimiento no reside solo en las vitrinas, sino también en las memorias, prácticas y saberes de las personas. En este sentido, se convierte en un espacio de encuentro donde las comunidades pueden verse reflejadas, cuestionar los relatos oficiales y contribuir a construir nuevas narrativas. Esto implica prácticas pedagógicas horizontales, mediaciones sensibles y proyectos de colaboración con actores locales.
Vínculos con comunidades originarias
Al integrar a comunidades originarias en el diseño de exposiciones, los museos reconfiguran sus formas de representación. Por ejemplo, en el Museo Nacional de las Culturas Populares en Ciudad de México, ha desarrollado muestras co-curadas con colectivos indígenas que no solo aportan sus piezas, sino también sus voces, lenguas y formas de contar. Estas colaboraciones han generado espacios de diálogo intercultural donde se reconoce la agencia y la diversidad de los pueblos originarios.
Tipos de prácticas educativas y de mediación:
• Visitas dialogadas interculturales: Algunos museos han implementado recorridos guiados por personas de las propias comunidades, quienes comparten su visión del patrimonio desde sus experiencias. Esta práctica enriquece la interpretación de las obras y genera empatía en los visitantes.
• Laboratorios comunitarios: Se trata de espacios donde vecinas, vecinos y artistas trabajan conjuntamente en la creación de contenidos que luego se integran a las exposiciones. Así, el museo deja de ser un contenedor cerrado para convertirse en un proceso vivo.
• Talleres de memoria oral: Reunir relatos de vida y tradiciones orales de las comunidades aledañas permite no solo preservar estos saberes, sino también incorporarlos en instalaciones sonoras o narrativas dentro del espacio expositivo.
• Museografía participativa: En algunos casos, las exposiciones se diseñan con la colaboración activa de los habitantes locales, quienes opinan sobre la selección de piezas, los textos curatoriales y el diseño visual.
Dos ejemplo de proyectos de Mediación Comunitaria:
- Museo Amparo y el programa “Museos en Común”: A través del programa Museos en Común. Este proyecto parte de la colaboración directa con colectivos locales, especialmente jóvenes, mujeres y personas mayores, quienes participan en el diseño de actividades culturales, exposiciones temporales y talleres de creación. En lugar de imponer narrativas, el museo escucha las memorias y preocupaciones del barrio, generando procesos de reinterpretación de sus acervos desde las vivencias de los participantes. Uno de sus logros más destacados ha sido la revalorización de saberes ancestrales y cotidianos a través de exposiciones colaborativas que resignifican objetos del museo a la luz de las experiencias comunitarias.
- El Museo Universitario Arte Contemporáneo (MUAC) de la UNAM ha desarrollado diversos programas de mediación comunitaria que buscan acercar el arte contemporáneo a diferentes sectores de la sociedad:
• Enlaces: Programa que involucra a jóvenes universitarios de distintos estados de la República Mexicana, quienes realizan su servicio social en el museo. Estos jóvenes generan diálogos con los visitantes, propiciando el intercambio de saberes y experiencias .
• Periscopio: Iniciativa que produce materiales audiovisuales originales relacionados con las exposiciones del museo. A través de entrevistas y documentales, se da a conocer los procesos detrás de cada muestra, disponibles tanto en el museo como en línea .
• Saberes compartidos: Proyecto enfocado en el Pedregal de Santo Domingo, el barrio más cercano a la UNAM. Se trata de una plataforma de investigación y acción comunitaria que busca generar procesos artísticos de colaboración e intercambio entre el museo, la universidad y los vecinos .
• MUAC en tu casa: Iniciativa que lleva piezas del museo a estudiantes de nivel medio superior de la UNAM. Durante siete semanas, los seleccionados resguardan una obra en sus hogares, monitorean su conservación y organizan actividades para su comunidad, con el acompañamiento del equipo de mediación del MUAC .
• Comité Niñxs MUAC: Grupo conformado por niñas y niños de entre 6 y 12 años, creado en colaboración con UNICEF. Este comité busca que las infancias tengan una presencia determinante y permanente en el museo, participando en la planificación de actividades y expresando sus ideas y necesidades .
Conclusión
La mediación comunitaria representa una transformación profunda del rol del museo: de ser un lugar que enseña, a ser un espacio que escucha, comparte y construye colectivamente. Es una apuesta por la inclusión, la justicia cultural y la activación de memorias vivas en diálogo con el patrimonio.
