La Astrología occidental y su interpretación se basa en elementos arquetípicos que provienen de la mitología griega y romana y establecen las bases energéticas y cualidades, así como las relaciones entre los personajes y las historias alrededor de ellos. Cada aspecto plantea una cara particular de un prisma que va definiendo su personalidad y que aporta elementos de análisis que podemos trasladar al trabajo artístico en una obra de arte, y que también brindan herramientas a quienes las apreciamos para poder revisarlas a partir de estas dos caras. Su interpretación incluye una observación profunda, en donde la percepción, las emociones, las experiencias previas y el contraste con sus sensaciones y saberes son fundamentales.
En este caso, la primera constelación de Aries, que está regida por el planeta Marte, dios de la guerra y El Hierro para los romanos, Ares, desde la mitología griega, hijo de Zeus (Jupiter) y Hera (Juno). Como arquetipo representa desde lo masculino un cuerpo atlético y viril, la violencia, pasión y virilidad, la sexualidad, la valentía y la victoria en las guerras. Marte tuvo muchos hijos, entre ellos Eros, junto con Venus- Afrodita.
La obra Ares Ludovisi se encuentra en el Museo Nacional Romano del Palatzzo Altemps en Roma, nos ayudará a hacer un primer acercamiento y establecer el dialogo entre arte y astrología. Esta escultura de 1.56 cm de altura, es una copia romana de otra obra griega, que fue restaurada posteriormente por Gian Lorenzo Bernini, quien siendo joven realizó unos añadidos en mármol de Carrara del pie, mano derecha y la empuñadura de la espada, además cinceló la figura de Eros-Cupido que añade un acento interesante en la lectura de la obra.

En esta, Ares se ve como un joven lampiño (sin vello), aparece descansado sentado sobre una piedra, desnudo, tan solo cubierto con una tela que pasa por sus piernas; se encuentra pensativo pero dispuesto a iniciar un movimiento, quien tiene un pie al frente listo siempre para la batalla. A su alrededor encontramos sus armas: el casco bajo su pie, el escudo al lado y la espada empuñada. De cabello ondulado, cuerpo musculoso, bien formado, refleja su juventud y reafirma la interpretación de los artistas de lo mitológico, al representar sus elementos arquetípicos: virilidad, valentía y una fuerza incansable de lo masculino, como protector del Olimpo y líder de los ejércitos a su cargo.
“No es el hombre, sino, al contrario, la abundancia, la sobra de energías, la que suscita la guerra”.
José Ortega y Gasset,escritor español.
Hay un interesante trabajo de las telas que se pliegan alrededor de Argos, entre sus piernas y alrededor del brazo con una representación que da la sensación de suavidad y con gran movimiento que incrementan el contraste entre el paño y el cuerpo del personaje; es notorio en una pieza cincelada en el mármol. Es muy importante destacar que, aunque la escultura nos da la posibilidad de ser observada desde múltiples lugares, el Cupido realizado posteriormente por Bernini y colocado a los pies de Argos, se colocó en un ángulo particular, la pierna derecha de Argos, lo que potencia la observación particular de este detalle y el vínculo de la obra al establecer el contacto con lo amoroso entre Eros (hijo), Venus(la sensualidad), como su madre, aunque no está en la escena y el mismo Ares, su padre (impulso y fuerza).
Antes de iniciar el análisis de los aspectos astrológicos de Gian Lorenzo Bernini , es necesario puntualizar que el ejercicio interpretativo de la Carta Natal de un artista es muy complejo, hay que revisar la posición en la que los planetas se encontraban en el momento en que nació y que incluyen un buen numero de relaciones; en este caso, solo nos enfocaremos sobre algunos de esos aspectos relacionados con un signo concreto: Aries y algunas relaciones con otros aspectos que pueden ser significativos para su comprensión. Aquí la revisión de la carta incluye a partir de su fecha de nacimiento, la ubicación del Sol; el lugar en que se encuentra Marte y la casa o casas en las que está Aries.
Gian Lorenzo Bernini, nació en Nápoles, Italia, el 7 de diciembre de 1598, su Carta Natal nos dice que tiene un grupo de planetas (stelium) justo en el signo de Aries: Luna (lo nutriente), Urano (lo inesperado) y Plutón (la transformación) en su Casa 1 (tipo físico y personalidad), dotando a Gian de una personalidad con iniciativa, potencia, profundidad, transformadora, innovadora que arropa y alimenta a otros. Por ello Bernini es reconocido como un revolucionario en muchos campos del ámbito escultórico, como en esta obra que complementa y dota de fuerza.

Interpretar los elementos simbólicos que cada planeta nos plantea un ejercicio que hay que realizar de manera cotidiana, en el día a día, en el entorno personal, comunitario y social. Estas experiencias interpretativas, nos permiten afinar la mirada y reconocer las pautas o claves que el arte nos da para identificar y reconocer sus cualidades esenciales y aquellas que hacen eco de manera personal. Como mencionamos en el artículo anterior, la posibilidad de entrar en contacto con la obra de arte, no es una experiencia meramente intelectual, intervienen todos los sentidos, así como la parte intuitiva y más sensible de cada persona, si se dan el tiempo de percibir estos aspectos. Todos experimentamos la energía arquetípica Ariana y somos capaces de reconocer su expresión a través del contacto con las obras de arte.

Su Sol (yo escencial) y Marte (fuerza interior) en el signo de Sagitario en la Casa 9 ( representa aspectos vinculados con el conocimiento superior como: la filosofía, religión, o espiritualidad), aunque muy cerca del Medio Cielo ( vocación o profesión) proyectando su fuerza e impulso creativo con una visión a larga distancia, proyectando su trabajo más allá de lo inmediato o cercano, que va hacia más personas, más allá de sus fronteras y nos muestra de forma clara en sus obras la psicología y fuerza interior de los personajes, que se percibe al estar frente a sus obras.
El día martes y el mes de marzo están inspirados en el Dios Marte, ya que en ese mes mejoraba el tiempo e iniciaban las campañas militares.
Su visión y determinación se potencian desde un ejercicio de formación y conocimiento técnico y práctico, pero también trascendental, más allá de lo físico a través de sus obra. Marte se proyectaba hacia la vida mundana al ver que llegaba el mes de marzo, ya que era el mes en que comenzaba el buen tiempo y, por tanto, también las campañas militares.
Bernini fue un escultor, arquitecto, dibujante y pintor, reconocido como el más destacado escultor de su generación con obras de estilo barroco.
Contamos con otra obra, esta pintura de Marte, realizada por Diego Velázquez Rodríguez de Silva, nacido en Sevilla en 1599, forma parte de la colección del Museo Del Prado, ubicado en el paseo Del Prado en Madrid, España. Por su parte Velázquez realizó hacia 1638, este lienzo de 179 x 95 cm, lo que de origen nos plantea también una escala humana en su obra a partir de un modelo vivo y plantea una perspectiva más cercana con respecto a quién observa en tamaño natural, quizá de un soldado veterano, en una postura similar al Ares Ludovisi de Bernini.
¿Qué cualidades potenció el artista sobre este personaje?
¿En que se parece a la escultura de Bernini?
¿En qué son diferentes?
Aquí el artista representa al Dios Marte, en esta obra realizada en 1638, pero de una manera más realista, como un hombre de tierra, no dios, no idealizado (mitológico). Observamos a un hombre bien formado, de mayor edad (con respecto a Ares Ludovisi), con semblante cansado, rostro ojeroso e incluso con un aire melancólico, con un gran bigote que cubre la boca y un gran casco, cuya dimensión y sombra cubre sus cejas, orejas, pero nos permite ver un poco de su cabello castaño, lacio y largo, que llega hasta sus hombros. Un elemento importante, Marte parece observarnos detenidamente, (tal como Velasquez lo hizo en las Meninas)nos incluye en la escena, incluso con la posibilidad de interpretar su mirada y dejar una pregunta en el aire:
¿Qué nos dice o pregunta Marte? ¿o Velázquez?
El resto del cuerpo de Marte no se ve mas bien fibroso, él de mayor edad (no joven), nos refleja más un soldado, no un hombre idealizado, menos mitológico, un guerrero más cercano (al siglo XVI). En el caso de la pintura, a diferencia de la escultura, la gama cromática empleada por Velázquez de una pincelada más suelta, pastosa y sin tanta precisión aparente en el dibujo, da la posibilidad de potenciar los efectos visuales en la piel del personaje, los efectos de luz para los pliegues del cuerpo, la musculatura y el realismo de la conformación física en relación a la postura que tiene, sentado y con una pierna recogida.
Observamos que el personaje se encuentra en un lugar cerrado (un interior), ya que encontramos en el fondo una pared gris con tonos verdosos. Marte está sentado en un futón o cama, envuelto entre dos telas suaves, una azul que envuelve su cintura, otra con tonos rosados, mas larga que cae bajo sus piernas, dan la sensación de suavidad y tersura; además se alcanza a ver una «sabana» blanca en el lado izquierdo que nos parece decir que Marte descansó un momento después de una batalla. Se percibe una técnica que valora el ejercicio de la luz en función del color en el fondo, el cuerpo, las telas, los gestos del personaje y la composición que enmarca de manera importante la escena para observar todos los pequeños detalles que contiene. Esta obra ha tenido un trayecto de viaje por diversos espacios desde su creación: La Torre de la Parada, coto de Casa del rey Felipe IV, El Palacio Real, la Real Academia De San Fernando y finalmente el Museo Del Prado.
¿Qué sensaciones experimentamos al ver esta obra sobre la energía marciana arquetípica de este personaje, su fuerza, violencia, y temperamento de enfrentamiento?
¿la percibes? ¿qué te hace sentir?
¿Qué experiencias tienes con respecto a la guerra, las armas o la lucha con otros?
¿Qué te agrada o disgusta de esta obra? ¿Y de esta energía?

Ahora exploraremos la Carta Natal de Diego Velázquez, Rodríguez de Silva, que nació en Sevilla el 6 de junio de 1599. Su ascendente (AC) no se tiene claro, ya que se desconoce la hora exacta de su nacimiento para poder definirlo. Por ello, la lectura de esta carta se plantea desde los planetas ubicados en Aries, además de puntualizar la importancia energética que tiene una persona que nace al borde de un nuevo siglo, con toda la carga o impulso para los inicios y cambios que plantean esos nuevos tiempos que se aproximan.
Velázquez coincide con Bernini en tener a Plutón y Urano (planetas transpersonales, cuyo movimiento es más lento, por lo que su ubicación coincide y abarca a varias generaciones) en el signo de Aries. Pionero, profundo, intenso, con mucha fuerza, visión de futuro y creatividad proyectada en la transformación de la sociedad en la que vive.
Marte se encuentra muy cerca, aunque en el signo de Tauro, lo que potencia una personalidad fuerte, asociada a lo material, artístico, a la transformación de las formas de hacer las cosas y la innovación sobre los proyectos artísticos que realizó, como el naturalismo que imprimió en esta obra y en la figura de Marte.
Por ello, Velázquez fue muchos años pintor de la Corte de Felipe IV, desarrolló a su manera el estilo barroco y fue considerado uno de los máximos exponentes de la pintura española que se proyectó hacia el mundo.
En el próximo capítulo exploraremos más de este personaje, de la mano de Peter Paul Rubens.

