La conquista o Fusión de dos culturas. Jorge González Camarena. Arte y Astrología.

Una lectura integrada que vincula la obra La conquista (titulada así por el artista) y realizada en en 1960, titulada posteriormente en la década de los 80 como Fusión de dos culturas , obra que se ubica en el Museo Nacional de Historia, Castillo de Chapultepec, en la ciudad de México, obra que le fuera solicitada por el entonces director del museo Antonio Arriaga Ochoa.

Exploraremos esta obra desde un análisis artístico más formal, ademas de integrar una revisión Astrológica desde el arquetipo de Marte, el guerrero, regente del signo Aries, así como la personalidad y misión simbólica del artista Jorge González Camarena (el arquetipo del pionero), desde una perspectiva astrológica, artística y arquetípica.

González Camarena no fue solo un pintor: fue un constructor de identidad, un artista comprometido con «forjar el alma de México» a través del arte público (contexto en el que los artistas estaban inmersos a principios del siglo XX). Su obra mural se inscribe en la tradición del muralismo mexicano mas tardío a aquellos de Rivera, Orozco y Siqueiros, pero con un sello propio: la exaltación del mestizaje como síntesis épica más que como reconciliación pasiva.

Si pensamos en Camarena como un Aries, que lo era ( Sol en Aries ya que nació un 24 de marzo de 1908), fué portador de una energía ariana, que ya expresaba cuando era estudiante de la Academia de San Carlos, al participar junto con Diego Rivera en un movimiento estudiantil que proponía la reforma del plan de estudios desde un formato más avanzado. Interpretamos en él las cualidades del guerrero cultural, el iniciador, el que no teme representar el conflicto fundacional para crear conciencia.

Hagamos conexión con la obra: Obsérvala un minuto y contesta: ¿Qué percibes de ella? ¿Qué color predomina? ¿Qué es lo primero que viste?¿Qué emociones te provoca lo que veo? ¿Haz visto algo parecido antes? Si pudieras describir esta obra ¿Por donde iniciarías? ¿Qué efecto causa en ti las palabras, violencia, guerra, enfrentamiento?

Ahora exploremos la obra al observar un poco más a partir de:

  • Las líneas diagonales dominan la composición, generando un gran dinamismo y tensión visual, que refuerzan la idea de lucha y conflicto. Las que crean el cuerpo del guerrero águila y el conquistador se entrelazan en un remolino de energía, dirigiendo la mirada hacia el centro del combate. Las que conforman las armas (espadas, lanzas) y las extremidades humanas y animales subrayan la violencia del encuentro.
  • La paleta cromática está dominada por tonos cálidos: rojos, naranjas, ocres y tierras quemadas, lo cual sugiere fuego, sangre, pasión y destrucción. El fondo en llamas crea una atmósfera sofocante y dramática, sin escapatoria ni alivio visual. Los contrastes entre la armadura metálica gris azulada del caballero español y las plumas y piel del guerrero mexica generan un choque visual que simboliza también el choque cultural y estético.
  • Las formas humanas y animales son expresivas, monumentales y distorsionadas para aumentar el dramatismo, sus armas se incrustan uno en el otro mientras el caballo del español se tambalea. El caballo caído, las figuras arqueadas, y los cuerpos entrelazados se funden en una forma casi escultórica que transmite fuerza y tragedia. La forma espiralada de la composición sugiere un vórtice: no hay un antes ni un después, todo ocurre en un instante eterno de tensión.
  • El espacio está comprimido: los personajes ocupan casi toda la superficie del mural. No hay profundidad tradicional: el fondo no se aleja, sino que arde, lo que potencia la sensación de caos, claustrofobia y enfrentamiento inevitable. Las figuras parecen estar dentro del espectador, invitándonos a presenciar y ser parte del conflicto.
  • La textura visual es rugosa y densa: las plumas del guerrero, los músculos tensos, la piel curtida, la armadura metálica. La pincelada se percibe vigorosa, con carga matérica que refuerza la energía corporal y emocional del combate. Esta pincelada con sensaciones más táctil refuerza la idea de una fusión violenta: cuerpos que no se tocan suavemente, sino que se atraviesan.
  • Hay un contraste dramático de luces y sombras le otorga a la obra una gama cromática que va del rojo intenso al naranja rojizo que dan profundidad. Los cuerpos están fuertemente modelados por la luz para realzar los músculos y tensiones. El fondo rojo ardiente sugiere un mundo en llamas, caos, destrucción, como si el mural fuera un campo de batalla que evoca sangre, guerra, pasión, transformación. Las zonas de sombra aportan profundidad psicológica, mientras que las luces crean un efecto casi teatral. La luz no proviene de una fuente natural, sino de un estallido de fuego simbólico, como si el alma ardiera detrás de la escena.
  • La composición incluye un nudo central, en donde todos los elementos convergen. Es una composición cerrada y centrípeta, que atrapa la mirada en el centro del conflicto. No hay jerarquía tradicional entre los personajes: ambos son igualmente poderosos y trágicos, en un equilibrio inestable. No hay victoria, ambos mueren, creando una tercera cosa (mestizaje) como producto de este proceso violento.
  • El estilo y técnica se enmarcan en el Muralismo mexicano, influenciada por el expresionismo en la tensión de las formas y la distorsión de los cuerpos. El simbolismo de esta obra posiciona la fusión no como paz ni síntesis armónica, sino una colisión violenta y desgarradora. El “mestizaje” es visto como resultado de una guerra interna, un conflicto sin resolución clara; no es idílico, sino trágico: nace del trauma, de la herida histórica, de la lucha entre dos civilizaciones.

González Camarena elaboraba esta obra en la técnica de acrílico sobre madera forrada de tela, de una base de 4.20 x 5.10 m que pinta no desde la nostalgia, sino desde el fuego del origen: su obra nos recuerda que la identidad mexicana nació luchando, le da un toque simbólico que narra el conflicto como fuente de construcción de la identidad.

La obra vista ahora como una metáfora ariana, en la Fusión de dos culturas no hay conciliación; hay colisión. Desglosemos las cualidades arquetípicas de Marte, el guerrero regente de Aries y su vínculo simbólico con esta obra:

ElementoMarte arquetípicoFusión de dos culturas
AcciónActúa con velocidad e impulsoEl momento pictórico está congelado en el clímax de la acción: un “Marte detenido en la lucha”
ViolenciaMarte representa la guerra como expresión del yo y del poderLa guerra como cambio, pérdida mutua, herida sin héroe.
DualidadMarte actúa desde la polaridad: tú o yoAmbos combatientes luchan a muerte, se destruyen/funden: no hay “yo vencedor”, solo fusión
CorajeEl valor del guerrero que se lanza al combateAmbos personajes muestran ese valor, pero sin gloria: es un coraje que lleva a la muerte compartida.
DeseoMarte representa el deseo sexual, la pulsión erótica agresivaLa “fusión” puede leerse también como una metáfora del mestizaje forzado, de la invasión como violación
Afirmación del yoMarte lucha para afirmar su identidad individualLa obra representa cómo dos identidades (la indígena y la europea) al enfrentarse pierden su forma original para dar lugar a una nueva identidad híbrida.
FuegoMarte es fuego iniciador (vida, guerra, deseo)La obra está visualmente dominada por el fuego: el fuego no solo destruye, también forja.

El mural es un relato de guerra, pero también de nacimiento. Es Aries en su estado más puro: el mito del origen a través del combate. La escena representa la primera casa del Zodíaco: el lugar donde el yo se afirma a través de la fricción con el otro. Aquí el “yo” es la cultura indígena, y el “otro” es el invasor europeo. El mestizo, no mostrado directamente, es la consecuencia implícita de esa batalla titánica.

  • Explora esta energía Ariana a partir del color rojo, crea un collage en donde el rojo sea el elemento que predomina, pon un titulo, para crearlo considera otras formas de fusión de estas culturas desde formatos de violencia más sutil.

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