Cada visitante construye su propia versión del pasado. Interpretar es abrir caminos hacia esa conexión.
Hacer contacto nos plantea varias acepciones: la posibilidad de unión de dos o más cosas que se juntan entre sí; la relación entre personas a través del cuerpo y el tacto al saludarse o interactuar en alguna actividad; las relaciones entre empresas, grupos de trabajo o clientes; el hecho de establecer contacto “visual”, aspectos metafóricos, sutiles, subjetivos.
En el museo la experiencia de visita se centra también en el contacto que las personas establecen con los contenidos curatoriales y de investigación sobre el patrimonio cultural material que resguardan estos espacios. La intención desde la mediación es que el primer momento frente a una obra NO SEA INTELECTUAL, SI sensorial, perceptivo, emocional y de revisión de sus conocimientos y experiencias previas frente al objeto patrimonial o la obra de arte.
El Mediador establece nuevas rutas de CONEXIÓN con los diversos públicos y los acervos que se exponen, para detonar experiencias significativas a largo plazo durante las visitas al museo.
El mediador establece intencionadamente una experiencia en la que llevará a sus visitantes a hacer contacto cuando da la bienvenida, hace un acercamiento visual a la arquitectura, da las primeras palabras que intercambia con los visitantes sobre la historia del edificio y una introducción a las obras que forman parte del recorrido permanente o temporal expuesto.

Sin embargo ese primer contacto físico, necesita considerar los aspectos corporales con: El edificio y su arquitectura, los equipamientos, los espacios en sala y la museografía, las obras (pinturas y esculturas), asó como la interacción física con los compañeros y otros visitantes que acuden simultáneamente.
Todas las personas tienen un cuerpo que les permite interactuar con el mundo exterior. La conciencia del cuerpo se va conformando desde el nacimiento y es la exploración de los sentidos es la que permite reconocer el entorno y las sensaciones que provoca en el propio cuerpo, los espacios y las relaciones entre ellos. Desafortunadamente la conciencia del cuerpo no siempre está presente ya que el mundo exterior ofrece innumerables sensaciones y distractores; cuando alguno de los sentidos no opera de manera optima, plantea a la persona un contacto distinto con el entorno: se vuelve incluso más consiente de las características de los objetos que lo rodean, sus propias necesidades y potencialidades para hacer contacto con el mundo.
Potenciar desde la mediación que los visitantes hagan un contacto físico-corporal para detonar el diálogo consiente entre el cuerpo de cada visitante y la corporeidad de las obras de arte: su forma, los elementos que la componen, el lugar que ocupan en el espacio expositivo y el intercambio de información sensorial que proporcionan a cada uno; Howard Gardner lo llama inteligencia corporal, donde las personas pueden utilizar su cuerpo (kinestésico) para experimentar y aprender en el museo: con el movimiento físico por los espacios del museo, la interacción con recursos didácticos (reproducciones u otros objetos), el uso de herramientas y materiales, así como el intercambio con otras personas, como un medio para aprender.
Hay otros aspectos que se pueden potenciar ya durante la visita frente al acervo que resguarda el museo:

- Sensaciones y Percepciones
La primera es la representación mental del mundo se consigue a través de la sensación con los sentidos:
- VISTA: Movimiento, dimensiones altura, peso y distancia.
- OLFATO: Aromas
- GUSTO: Sabores
- OIDO: Sonidos
- TACTO: Textura
Pero, sin la capacidad para seleccionar, organizar e interpretar nuestras sensaciones esta representación no sería completa. Este segundo proceso lo denominamos PERCEPCIÓN.
- Formas (figura-fondo)
- Agrupación (proximidad, semejanza, continuidad, conexión y cierre)
2. Emociones
Como reacciones psicofisiológicas complejas que surgen cuando hay estímulos internos o externos, involucrando cambios en nuestro cuerpo, pensamientos y comportamientos. Aquí algunos ejemplos que los visitantes a reconocer en las obras u objetos en la sala durante la mediación:
Emociones básicas
- Alegría: Sensación de bienestar, felicidad y satisfacción.
- Tristeza: Sensación de pérdida, desánimo o melancolía.
- Ira: Respuesta a la frustración, injusticia o agresión.
- Miedo: Reacción ante el peligro, real o percibido.
- Sorpresa: Reacción ante algo inesperado.
- Asco: Rechazo ante algo desagradable.

Emociones Secundarias
- Amor: Sentimiento de cariño y apego hacia otra persona.
- Ansiedad: Preocupación y nerviosismo excesivos.
- Vergüenza: Sentimiento de incomodidad o humillación.
- Culpa: Sentimiento de responsabilidad por haber cometido un error.
- Celos: Sentimiento de inseguridad y envidia ante la posibilidad de perder algo o a alguien.
- Admiración: Sentimiento de respeto y aprecio por algo o alguien.
Aquí el vínculo es con la memoria emocional, al hacer alusión al recuerdo personal de vida, sea grato o conflictivo; las relaciones familiares, ancestrales o compartidas por una comunidad particular; además de reflexionar y contactar sobre aquellas sensaciones, de agrado, enojo, miedo, inseguridad, etcétera. La experiencia de aprendizaje vinculada a las emociones propicia el vínculo con el tiempo y la memoria, además de establecer conexiones a más largo plazo sobre las obras que se integran en sus saberes presentes.

Este momento también potencia la inteligencia intrapersonal, en el contacto con su ser interior, siendo consciente de las emociones propias y la “capacidad de formarse un modelo ajustado, verídico de uno mismo y de ser capaz de usar este modelo para desenvolverse eficazmente en la vida”[1].
Igual de importante es la inteligencia intrapersonal como la capacidad que tenemos todos de entender a otros y en este caso desde las emociones. Estas interacciones no son propias solo de las niñas y los niños, que los adultos no consideren una perdida de tiempo este ejercicio de mediación, no es un acto simple para pasar el tiempo.
Es fundamental transitar por estos dos aspectos, percepciones y sensaciones, emociones a partir del mediador y la detonación a partir de preguntas abiertas como:
- ¿Cómo te sientes en esta sala?
- ¿A qué distancia estas de la obra u objeto?
- ¿Qué ves en ella?
- ¿Qué te hace sentir esta obra o historia?
- ¿Qué emociones parecen tener los personajes?
- ¿Alguna vez te has sentido así?
3. Empatía
Otra etapa de interacción que se puede desplegar, si se logran primero los vínculos anteriores, implica generar un contacto empático con la obra de arte: contactar con el patrimonio personal y familiar (material e inmaterial) a partir de la obra (lo estético con otras manifestaciones creativas y artísticas), los elementos u objetos del entorno intimo que coinciden con los personajes o búsquedas artísticas representadas en el cuadro o escultura.
La empatía posibilita ponerse en el lugar personal de las y los artistas, sus contextos personales (de formación, económicos, sociales) para sumar la imaginación**, habilidad de pensamiento que permite establecer vínculos creativos con la obra (que luego retomaremos más adelante) en otros niveles.
Se puede plantear al visitante frente a la obra: ¿Cómo se siente ser un cuadro o escultura? para compartir múltiples respuestas que muestren otras caras de la obra y de quienes la observan o contactan; también poder imaginar la historia de un objeto que porta el personaje principal de la obra y contactar con la historia de la obra artística que nos destaca su valor en el tiempo.
4. Saberes y experiencias previas
Son los conocimientos, experiencias, creencias, emociones, valores y representaciones que una persona ha construido antes de enfrentarse a un nuevo contenido o situación de aprendizaje. No se limitan a conocimientos académicos; incluyen experiencias cotidianas, culturales y afectivas que influyen en la manera en que se interpreta e integra nueva información.
Puntos destacados de los saberes previos
1. Son construcciones activas del visitante: No son simples datos almacenados, sino estructuras dinámicas que la persona usa para interpretar el mundo.
2. Tienen un carácter subjetivo y situado: Están influídos por su contexto cultural, social, histórico y emocional.
3. Condicionan el aprendizaje: Actúan como filtro o andamiaje. Si se activan adecuadamente, potencian el aprendizaje; si se ignoran, pueden generar barreras.
4. Pueden ser correctos o erróneos desde el punto de vista académico: Aun los “errores” son valiosos porque muestran cómo la persona interpreta lo que vive.
5. Son punto de partida para la enseñanza significativa: En enfoques como el de Ausubel, se considera que “el factor más importante en el aprendizaje es lo que el alumno ya sabe”.
Desde el constructivismo, el aprendizaje no se transmite, se construye. El mediador debe partir de la detonación del diálogo, la conversación entre el patrimonio y los saberes previos del visitante. Así se favorece la apropiación significativa del conocimiento. Considerar en este primer Contacto:
1. Diagnóstico y activación de saberes previos: A través de preguntas abiertas, recursos visuales o actividades exploratorias que inviten a expresar lo que ya conocen o creen sobre un tema, una obra o un objeto.
2. Diseño de experiencias significativas: Conectar los contenidos del museo con la vida, historia y cultura del visitante.
3. Aprovechamiento de la diversidad de interpretaciones: En vez de imponer una sola lectura, se legitiman múltiples significados, permitiendo que los saberes previos enriquezcan el discurso expositivo.
4. Construcción colectiva de sentido: Espacios dialógicos donde los visitantes pueden reconstruir o resignificar sus ideas iniciales al contrastarlas con el patrimonio, el discurso curatorial y otros visitantes.
5. Transformación de concepciones erróneas: Sin descalificarlas, se pueden matizar o resignificar a partir del contacto con nuevas evidencias o relatos patrimoniales.
- El reconocimiento de los saberes previos permite a la mediación en museos actuar como un proceso transformador, no transmisivo.
- Desde el enfoque constructivista, estos saberes son la llave para activar la curiosidad, el diálogo, la reflexión crítica y la apropiación del patrimonio, haciendo del museo un espacio de aprendizaje auténtico y profundo.
Estos son solo algunas formas de contacto que pueden tener varios niveles de profundización a partir de cada grupo y momento. Es fundamental como educadores tener presente esta primera etapa, para reconocer sus posibilidades de detonación de aprendizajes significativos y extender su presencia durante las visitas y para desplegar todas sus posibilidades.
¿Cuántas posibilidades más tenemos de contactar con el patrimonio?

** Percibir mentalmente una cosa que no se ha experimentado, poder jugar con las imágenes, buscar nuevas, es parte del proceso creativo.
[1] Gardner, Howard. Inteligencias múltiples. La teoría en la práctica. Paidós educación. Versión Kindle. Página.
